Clarinete




El clarinete es un instrumento de una sola caña. El sonido es causado por la vibración de la caña contra la boquilla, mando el aire pasa a su través. Esto hace, a su vez, que la columna de aire en el tubo vibre.
La parte inferior del instrumento (llamada "chalu? por afinidad sonora con un antiguo instrumento antecesor del clarinete) produce un oscuro, dramático y rico sonido. El registro medio es bastante claro, mientras que las notas altas son brillantes y penetrantes. El clarinete posee una variación dinámica mayor a la de otros instrumentos de madera. Puede casi rivalizar con la flauta en agilidad, en rápidos arpegios y escala,




Extensión de los clarinetes:
Los clarinetes son de varios tamaños, pero el Sib y el La son los más usados en la actualidad. Como todos los clarinetes tienen la misma digitación, diferentes tamaños producen diferentes notas. Así, por ejemplo, el Do central en un clarinete en Do sonará como está escrito, pero en un clarinete en Sib un Do central escrito suena Sib.
Por tanto la música para clarinete en Sib tiene que ser escrita una segunda mayor más alta (un tono) de lo que suene y, para un clarinete en La, tiene que ser escrita una tercera menor más alta que su sonido.
El tipo de clarinete (Sib ó La) es seleccionado por el compositor y depende en cual clarinete, utilizará menos sostenidos o bemoles.


Clarinete Bajo
En otro tiempo el instrumento era similar al clarinete, pero era demasiado complicado de manejar. El final del instrumento estaba cerca del suelo, lo cual significaba que mucho del sonido se perdía. Así, estos problemas fueron resueltos curvando las partes superior e inferior del instrumento. El clarinete bajo es más poderoso y suena menos "a caña" que el clarinete ordinario. Las notas bajas son muy ricas y resonantes y pueden tocarse muy sosegadamente. A pesar de su tamaño, puede tocar pasajes rápidos con sorprendente ligereza.

La música para el clarinete bajo se escribe normalmente en clave de sol y suena una novena inferior a lo escrito:
Esta es conocida como "notación francesa". Sin embargo, numerosos compositores han usado la notación alemana, con la música escrita un tono más alto que sus sonidos

Clarinete Contrabajo
Este instrumento diseñado a finales del siglo diecinueve en Alemania y Francia, fué realmente desarrollado por Leblanc de París, en los años 1950. Ha sido usado por compositores tales como Antonin Dvorak: El Demonio y Kate (1899), Arnold Schoenberg: Cinco Piezas para Orquesta (1909) y lannis Xenakis: Polytope (1967). Extraoficialmente, ha sido añadido por algunos directores para doblar a los contrabajos discretamente.




El gran solista alemán Baermann presentó las obras de Weber para clarinete solo en un instrumento de cocho llaves. Esta hazaña, sin embargo, tuvo que ir acompañada de ligeras desigualdades en la sonoridad y en la precisión, en los pasajes rápidos de registro grave, defectos sensibles para oídos más "modernos". Estos defectos desaparecieron parcialmente con la flauta del ruso Iván Müller (París, hacia 1811), quien llevó hasta trece el número de llaves e hizo así más fácil la interpretación por la supresión de ciertas digitaciones "en horquilla", o cruzadas principalmente el registro del caramillo. En la década de 1820 a 1830, se consagra en todos los países el mejoramiento del sistema Müller.


En 1843, H. Klosé profesor del conservatorio, y el violero Auguste Buffet patentaron conjuntamente el modelo conocido hoy universalmente bajo el nombre de "Clarinete Böhm". Con la ayuda de anillos móviles inspirados en la flauta Böhm de 1832, el nuevo sistema permitía suprimir las dificultades en el manejo de las llaves de fa y de fa sostenido en los dos registro de los modelos Müller. Proveía también dos llaves para los dedos meñiques, entre las que se podría escoger, a fin de evitar que el dedo se deslizara de una llave a la otra, lo que daba mayor seguridad al ligado. Hacia 1840 para darle mayor potencia al clarinete, se había ampliado un poco la perforación. Sin embargo, los alemanes conservaron y han seguido haciéndolo desde entonces la antigua forma de la perforación, cilíndrica hasta lo alto del pabellón. Siguen conservando también la forma corta y puntiaguda del pico, que se utiliza con la lengüeta estrecha pero dura.





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